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RICARDO ZAMORA Vs ÓSCAR ÁLVAREZ

Óscar y Zamora
 
Óscar y Zamora saludándose en el campo de Teatinos

            Sobre la figura de ÓSCAR ÁLVAREZ puede decirse que se basó el gran auge que tomó en la ciudad de Oviedo el fútbol en los años veinte. José Luis ZABALA fue el otro gran pilar, pero éste había llegado a la ciudad ya con un "nombre" hecho en el mundo de aquel incipiente balompié, mientras el caso de ÓSCAR era más meritorio por cuanto era un ovetense nacido en 1902 que había jugado en varios de los modestos equipos de barrio que había (Fresno, Athletic de Campomanes y Nacional) antes de convertirse en un referente del fútbol, no sólo local, sino nacional, jugando en el Stadium.

            Comenzó a jugar de guardameta por casualidad (sustituyó al compañero que jugaba de portero en un partido tras lesionarse) y pronto demostraría unas grandes cualidades que le harían destacar y llamar la atención.

            Sus partidos defendiendo la camiseta del Stadium le convirtieron en famoso a nivel regional, pero habrían de ser sus actuaciones en el Campeonato de España de regiones las que le permitiesen tener un reconocimiento mayor, de ámbito nacional. Tras eliminar a las selecciones vasca y catalana, el gran espaldarazo llegaría el 25 de febrero de 1923 cuando Asturias se proclamó campeona de España tras derrotar a Galicia por 3-1 en el campo vigués de Coya. ÓSCAR, titular indiscutible, brillaría especialmente, surgiéndole ofertas para fichar por equipos como el Deportivo de la Coruña o el mismísimo R. Madrid, que desestimaría.

 
selección asturiana (1923)
Óscar
 
selección asturiana campeona de España de regiones
Óscar en una acción de aquel partido
DE PIE: Óscar, Germán, Zabala, Bolado, Bango, M. Argüelles, Amán, Barril, Meana
AGACHADOS: Comas y Corsino; COYA (25/02/1923)
 

            Quizás nunca tuvo una excesiva ambición personal o, simplemente, no quiso abandonar su tierra. El caso es que entre éso y cierta despreocupación de la Federación Asturiana (que no presionaba como sí hacían la catalana o la vasca), se quedó sin ser citado para bastantes convocatorias del equipo nacional, donde casi sólo se podía aspirar a ser suplente del gran Ricardo ZAMORA, que por algo era apodado "el divino" y considerado el mejor portero del mundo. No obstante acudió a las suficientes (con el hándicap mencionado, y en una época en la que se celebraban pocos partidos internacionales, nueve convocatorias como jugador del R. Stadium y dos más ya una vez creado el Real Oviedo, suponen una cifra más que considerable) como para que pudiese haber llegado a debutar defendiendo los colores de España, pero la fortuna no acompañó.

            Por ejemplo, figuró como reserva de ZAMORA en los JJ.OO. de París en 1924 y, sin embargo, cuando para los de 1928 en Amsterdam, "el divino" no actuó, defendió la portería española el portero del Arenas de Guecho JÁUREGUI. O cuando en el partido inaugural del estadio de Buenavista en 1932, ZAMORA se lesionó y no pudo disputar la segunda parte, el reserva era BLASCO porque ÓSCAR estaba lesionado y no podía haber entrado en una convocatoria para la que parecía fijo por disputarse el encuentro en Oviedo. Había sido la última oportunidad, perdida, como otras, por verdadera mala suerte. Y es que por unas circunstancias o por otras, las escasas ausencias de ZAMORA fueron aprovechadas por otros. El que estaba llamado a inscribir su nombre como el primer internacional por España del Real Oviedo, no sólo no sería el primero sino que no llegaría a serlo.

            Fue uno de los principales promotores de la fusión entre Stadium y Deportivo y defendería la camiseta del Oviedo, actuando como capitán, desde el primer día de su existencia hasta que la Guerra Civil interrumpió las competiciones futbolísticas, tras recuperarse en 1930 de una fractura de clavícula que parecía iba a apartarle de la práctica del fútbol (el Oviedo llegó a fichar a dos porteros para sustituirle: SANTANDER y ZARRAONANDÍA, hermano del mítico Telmo). Y es que la superación personal siempre había marcado su vida. Los niños de la época cantaban: "Oscarín el del Oviedo / tien un ojo de cristal" y, si bien no era cierto, algo de verdad había por cuanto desde pequeño había perdido la visión de uno de sus ojos debido a la explosión de un petardo.

            El caso es que, pese a acudir con frecuencia como suplente de ZAMORA, jugando en el Stadium primero y en el Real Oviedo después y no comenzando a disputarse la liga hasta 1929 (y con los oviedistas en 2ª división), la posibilidad de mantener duelos entre ambos guardametas que alimentasen la rivalidad generada era más que complicada y se limitaba a los partidos amistosos que se podían organizar como el jugado en Teatinos en 1927 (Real Oviedo y Español empataron 1-1 con tres goles anulados a los azules) o el que se montó tres años más tarde con motivo de las fiestas de Santiago Apóstol de Sama de Langreo, donde el enfrentamiento entre oviedistas y españolistas pasaba a un segundo plano por cuanto lo que realmente generaba expectación era el duelo entre ÓSCAR y Ricardo ZAMORA, si bien no se llegó a producir en esta última ocasión pues ZAMORA no jugó. En Sama de Langreo sí habían medido sus fuerzas el 25 de julio de 1925 en un choque amistoso entre el R. Stadium y el Español de Barcelona que concluiría en tablas (2-2).

            El emparejamiento copero entre sus equipos a disputar en mayo de 1930 había abierto las puertas a la posibilidad de su enfrentamiento en competición oficial, si bien sería con el ascenso de los carbayones a 1ª división y con ZAMORA ya en el Madrid tras el sonado traspaso que marcó toda una época (150.000 ptas.), cuando los cara a cara entre ambos se podían haber hecho más frecuentes e interesantes. Pero para entonces ambos ya eran veteranos, sobre todo un ÓSCAR que iría reduciendo paulatinamente su intervención en los encuentros; ya no era el portentoso guardameta titular indiscutible de quien el famoso portero argentino de los años veinte, TESORERI, había dicho tras verle en un encuentro contra el Celta que era mejor que ZAMORA. Durante las temporadas 1931/32 y 1932/33, el Oviedo había sido, además del equipo máximo goleador de 2ª división, el menos goleado y si lo primero había que agradecérselo a la "delantera eléctrica", en lo segundo había tenido mucho que ver ÓSCAR.

            En esos años llamaba más la atención el duelo entre ZAMORA y LÁNGARA, que se habían visto las caras frente a frente por vez primera el 12 de junio de 1932 (tras coincidir en la inauguración de Buenavista poco antes) en un encuentro amistoso organizado en Buenavista por la Asociación de la Prensa ovetense en el que se produjeron dos circunstancias curiosas: no marcó LÁNGARA (ganó el Oviedo 2-1 con goles de GALLART y GALÉ) y no actuó el capitán oviedista ÓSCAR por su inminente enlace nupcial.

 
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