2-8 EN EL DEBUT DE "HERRERITA" CONTRA EL SPORTING EN EL MOLINÓN

            El 22 de octubre de 1933 iba a tener lugar en el campo de El Molinón un duelo entre los eternos rivales del fútbol asturiano plagado de atractivos. Al ya de por sí gran interés que despertaba el partido por tratarse de un Sporting-Oviedo (en plena época republicana, como todos los equipos, los ovetenses habían perdido de su nombre la condición de Real), había que sumar circunstancias como que estaba en juego el título de campeón de Asturias (era la penúltima jornada y ambos conjuntos lideraban la clasificación empatados a 10 puntos), que en Liga no iban a verse las caras pues los azules habían ascendido a 1ª división pocos meses antes y que el partido iba a suponer la presentación «HERRERITA» con la camiseta azul en el campo gijonés enfrentándose a su antiguo equipo, tras el sonado fichaje que había tenido lugar abandonando éste las filas sportinguistas.

           La expectación se tradujo en un lleno absoluto, alcanzándose una recaudación récord para la época: más de 50.000 ptas. que, a la postre, sería lo único positivo que obtendrían los locales aquella tarde, pues lo que se presumía iba a ser un encuentro muy competido —pese a la inferior categoría en la que militaba el equipo sportinguista, en la primera vuelta había obtenido un sorprendente empate a dos goles en Buenavista—, concluiría con un marcador de escándalo.

            Con el arbitraje de Ramón Melcón, el Sporting dispuso una alineación compuesta por: SIÓN; QUIRÓS, PENA; RUBIERA, MANFREDO, «LUISMI»; «ANGELÍN», ANTONIO, HERRERA, «PIN» y «NANI».

            Los oviedistas jugaron con: ÓSCAR; «CALICHI», SIÓN II; MUGARRA, SIRIO, «CHUS»; «CASUCO», GALLART, LÁNGARA, «HERRERITA» y «EMILÍN».

            HERRERA adelantó a los rojiblancos cuando apenas había dado comienzo el encuentro, si bien la alegría les duró poco pues a los cinco minutos el marcador ya reflejaba el empate tras anotar un gol en propia puerta el defensa gijonés QUIRÓS. Antes de llegarse al tiempo de descanso el encuentro se quebró al anotar «EMILÍN» el segundo y LÁNGARA, de pena máxima, un tercer tanto que dejaba muy encaminada la victoria para los de la capital.

            La segunda mitad no tuvo más historia que la de ver cómo se iban sucediendo los goles para los azules: LÁNGARA hizo el cuarto (51'), «HERRERITA» el quinto (62'), de nuevo LÁNGARA el sexto (80') y GALLART el séptimo (82'). Con el resultado de 1-7, los locales anotarían su segundo por obra de ANTONIO, antes de que «EMILÍN» pusiese la rúbrica en el último minuto con el segundo de su cuenta particular. La borrachera de goles que culminó con el humillante resultado de 2-8, probablemente dificultó a los cronistas llevar la contabilidad, pues hay medios de la época que adjudican también a LÁNGARA el gol de GALLART.

            En definitiva, tras el escandaloso resultado, los azules se proclamaban de nuevo campeones regionales y esperaban con los ánimos por las nubes el que, pocos días después, iba a suponer su debut en la división de honor del fútbol español, debut a su vez, del fútbol asturiano, cuya supremacía había quedado más que clara de nuevo aquel 22 de octubre en el que la segunda "delantera eléctrica" se había presentado en el Molinón acreditando su potencial.